La mentira es la forma más simple de autodefensa

Las mentiras, esas grandes amigas o enemigas que nos salvan de aquellas situaciones incómodas, difíciles, desagradables, es decir de aquellos jodidos momentos que no sabes cómo salir ni cómo arreglarlo y ¿cuál es la solución más simple, el camino más sencillo para pasar el mal trago? ¡MENTIR!.

Todos en algún momentos hemos mentido y quien diga lo contrario miente, yo misma he mentido, es curioso sí lo reconozco pero dejadme pequeños mentirosos que os cuente un secreto… todas las acciones de nuestra vida así como las mentiras y engaños que llegamos a soltar por nuestra boca tienen consecuencias, en ocasiones las consecuencias de nuestras mentiras son mínimas como el que pierdas la ilusión porque tus padres te contaran que los Reyes Magos no existen, o que una amiga te diga que te queda bien una camiseta cuando en realidad no es así o simplemente que tus padres se enteren que has sacado un 3 en Física y te castiguen sin ordenador un semana, pero sin embargo hay otro tipo de mentiras cuyas consecuencias son mayores, y estas sí queridos amigos son consecuencias que pueden cambiar tu vida, tu relación con los amigos, la decepción de tus padres, un cambio radical con tu pareja, y en cuanto a mentirse a un mismo la consecuencia es meterte la ostia del siglo si no rectificas a tiempo . Pero todo cambia cuando eres tú la engañada y es a ti a la que mienten, la sensación os puedo asegurar es decepcionante y muy desagradable, las ganas de llorar se fusionan con la ira y con la incredulidad, diferentes sentimientos unidos al mismo tiempo y no puedes explicar cómo ha pasado todo, te das cuenta que todo aquello en lo que creías se derrumba y tú con ello, toda la confianza que habías depositado en esa persona desaparece y te sientes como si te hubieran partido en dos, como si arrancarán una parte de ti y te juras a ti mismo que nunca volverá a pasar o incluso que nunca volverás a confiar… parece exagerado sí lo sé.  Pero mi pregunta es ¿vale la pena? Quiero decir, ¿vale la pena mentir en un momento concreto que podría pasar como una simple anécdota y perdonarse a los días, a cambio de perder a una persona a la que confiarías tu vida, con la que has pasado tantos momentos? ¿Perder incluso no solo una relación sentimental sino también una amistad de siempre por no hacer las cosas bien? No lo creo.

Dicen que el tiempo lo cura todo, que después de la tormenta llega la calma, pero… ¿y lograr olvidar? No dudo que si merece la pena esa persona puedas perdonar pero siempre te quedará esa espinita que al cabo del tiempo podrás sacar y la herida cicatrizará pero reconozcamos que la cicatriz seguirá estando ahí y dolerá en los días de tormenta.