Las cosas buenas llegan en cualquier momento

Llevo días sin hacer ninguna entrada, desde hace una semana todo se ha vuelto loco a mi alrededor y no sabía cómo expresarlo por lo que me veía incapaz de hablar de ello.

Hasta ayer pensaba que todo había sido una ilusión, unas simples conversaciones con cierto tonteo pero que se había quedado en eso, en un tonteo a través de internet. Pero llega el día en que quedas con él, los nervios en el colegio pensando en cómo ibas a reaccionar al verlo o lo que ibas a hacer te impiden atender a los profesores…se acerca la hora y esperas ansiosa esa llamada que indique que te está esperando debajo de tu casa y entonces bajas y lo ves sobran las palabras, con una sonrisas y la mirada no hace falta más.

La tarde se pasa volando, cuatro hora que parecen 5 minutos, te sientes feliz, no puedes dejar de sonreír, de mirarles de observar cómo te mira, de conversaciones estúpidas pero que a ti te parecen de lo más interesante, caricias, mordiscos, risas, reproches… pero que todo ello acaba en besos, besos cortos largos románticos o apasionados, él te entiende y te comprende, te escucha y te hace olvidar que exista algo o alguien más.

Llega el momento más desagradable, la hora de que te deje en tu casa y volver al mundo real, él no quiere juega a que te va a secuestrar a pedir un rescate y a escaparse contigo, no te suelta te agarra de la cintura para que no te vayas, da igual que empiece a llover la despedida nunca llega, no te puedes soltar de sus brazos que te agarran con fuerza para que no escapes de ellos pero te tienes que marchar, entras en tu portal y sonreís como una idiota y a los 10 minutos ya tienes un mensaje de él que te hace volver a sonreír y no parar hasta que te vas a la cama e incluso ahí cierras los ojos y recuerdas todos los momentos de la tarde esperando que se vuelvan a  repetir y que no tarden otros 3 años.